Si te estás preguntando cómo puede tener ingerencia la inteligencia artificial (AI) en el marketing, quizá te sorprendas al saber que probablemente ya la has utilizado. Hablamos de los chatbots, es decir, la asistencia virtual con la que cuentan algunos sitios para ofrecer una mejor atención a sus clientes. Ahora bien, el reto de la AI en este ámbito es diseñar cada día mejores sistemas de chatbots que puedan ofrecer a los usuarios una experiencia totalmente personalizada al utilizar toda la información que el cliente tiene en red, como las cookies, por ejemplo.
Otros usos están en traer más tráfico de usuarios de valor a los sitios web, gracias a un rastreo de información. O bien, en la mejora de los contenidos por una inteligente segmentación de los clientes y de sus gustos, de modo que las campañas puedan ser segmentadas mucho mejor de lo que ahora podemos imaginar.
Estas tecnologías no sustituyen la capacidad de una persona o la realidad y no deben ser vistas como una amenaza a nuestras relaciones o nuestro trabajo, sino como herramientas que enriquecen nuestra forma de ver el mundo, de relacionarnos y de consumir. Apostar por la tecnología siempre será un acierto y hoy por hoy no es una opción, sino una necesidad.