Los estragos de la crisis
Los cambios abruptos en los modos de vida de las personas por la pandemia de la Covid-19 afectaron de manera considerable la salud mental y emocional de las personas, pues el contacto humano, que es esencial para un desarrollo saludable, se vio casi nulificado. Las pantallas se adueñaron del tiempo y del espacio, las rutinas perdieron los tiempos establecidos y los límites también se difuminaron. La tecnología demostró su utilidad, pero también su peligro.
Además, las personas enfrentaron sus propias dificultades, como la violencia intrafamiliar, que aumentó considerablemente en todo el mundo durante la cuarentena, o las carencias económicas. Aunque la resiliencia se hizo presente en la población mundial, ahora la cuestión es: ¿cuál fue su costo?, ¿qué tanto se sacrificó la salud mental por salvaguardar las necesidades básicas?
Un estudio publicado en la revista Psychiatry Research por especialistas de la Universidad de Ottawa, reportó que el estrés postraumático, la ansiedad y la depresión son cinco, cuatro y tres veces (respectivamente) más frecuentes que lo reportado por la OMS antes de la pandemia.